Macrolotes: ¿una nueva manera de invertir?

Inversión y propiedades son dos palabras que muchas veces van de la mano. Para más de uno, una propiedad es una manera de rentabilizar ahorros, de invertir y/o de contar con un ingreso fijo. Por estas razones el macrolote se perfila, cada vez más, como una opción de inversión cuando de real state se trata. Seguí leyendo y conocé sobre esta tendencia. 

¿Qué es un macrolote?

Empecemos por el principio… Un macrolote es un lote de gran extensión que se encuentra ubicado en una zona estratégica y que puede ser utilizado con diferentes fines: 

• Para dividirlo en lotes más pequeños y comercializarlos. 

• Para construir ya sea un edificio, un proyecto inmobiliario o un espacio comercial.

Si lo llevamos a un plano más práctico, un macrolote puede volverse en un futuro: un barrio privado, una galería comercial (del estilo de las que se asientan en las inmediaciones de nuevos polos urbanos), un complejo de departamentos u oficinas, entre otros. En definitiva, las opciones son variadas. 

Como broker inmobiliario es necesario que sepas que un macrolote es un producto pensado para inversionistas que cuenten con mayor capital y, por lo tanto, capacidad de compra. Sin embargo, tampoco podés perder de vista que mientras algunos macrolotes pueden ser grandes extensiones de tierra (que necesitan una mayor inversión), otros son más pequeños y pueden adaptarse a diferentes bolsillos. 

¿Cuáles son las ventajas de un macrolote?

Al momento de pensar en una inversión inmobiliaria los macrolotes ofrecen diferentes ventajas. 

Se trata de una inversión accesible. Aunque en un principio pueda exigir un mayor presupuesto inicial, en el mediano y largo plazo se trata de una operación con un rendimiento alto. 

Hacer trabajar tu dinero. Un macrolote supone una excelente inversión ya que con el tiempo el inmueble tendrá un mayor valor, sin necesidad de afrontar mayores gastos. 

Adelantarse al futuro. Teniendo en cuenta el crecimiento de zonas urbanas, en este tipo de inversiones podés adelantarte al futuro al adquirir una propiedad que, con el tiempo, se revalorizará. 
No hay apego. Muchas veces al momento de vender una propiedad los sentimientos de nostalgia pueden jugar en contra. En este tipo de inmuebles no hay apego emocional.